La milagrosa acupuntura


• Medicina tradicional china de hace 5 mil años.

Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com
 
Para cualquiera que observa una docena de agujas en la piel de una persona le escarapela el cuerpo o le produce una sensación de dolor ajeno. Contrariamente, el que las tiene no percibe nada de ello, más bien experimenta una relajación de su cuerpo y una calma a sus dolores corporales.
A esto se llama Acupuntura, del   latín:   acus  (aguja)   y   punctukra  (punzada, es decir una “técnica terapéutica consistente en clavar agujas en puntos determinados del cuerpo humano”, según la Real Academia Española.
Esta terapia se practicó en la antigua China desde hace 5 mil años, fruto de varios ciclos de evolución, basada en la teoría del Tao, según el cual el universo está unido por dos fuerzas o principios vitales: yin (energía activa) y el yang (pasiva).
El terapeuta, Luis Buenaventura Díaz Díaz, explica que la vida de un organismo vivo depende del equilibrio de estas dos fuerzas, en consecuencia la aparición de una dolencia es el reflejo de un desequilibrio de esta armonía.
Entonces, la acupuntura tonifica o vitaliza la energía o la dispersa en caso haya en exceso, gracias al conocimiento bioenergético de la medicina tradicional china de los 12 canales de energía principales que atraviesan el cuerpo humano como venas o antenas invisibles, con puntos específicos en los cuales el acupuntor coloca las agujas para recuperar ese equilibrio ausente.
Regularmente se recomienda 10 sesiones (cada una no demora más de 20 minutos) para curar la dolencia de un paciente. Una vez que termina, se extraen las agujas y luego se sella el orificio, con frotando con la yema del dedo. Previamente, si es necesario, el acupunturista hace movimientos de manejo de energía con las manos para aumentar la tonificación o dispersión.
Ésta técnica fue aceptada en occidente e incorporada a los sistemas de salud modernos, como el EsSalud, en Trujillo. En China se complementa con la dieta, la fitoterapia, la homeopatía y los ejercicios psicofísicos, mediante la práctica del taichí y el qigong (chi-kung). Este último es un método que combina suaves movimientos del cuerpo, la concentración mental y la respiración a fin de aumentar la energía del hombre. También se le denomina ‘fuente de la juventud’.
En China existen hospitales que sólo curan o previenen enfermedades con esta técnica, mientras otros la combinan, utilizando el instrumental occidental.
Luis Díaz Díaz estudió medicina alternativa, en la Universidad Autónoma de México, con mención a acupuntura y homeopatía. También se especializó en Psicoterapia Floral con Eduardo Greco, y Naturopatía con Arturo Álvarez, luego se adhiere a la medicina tradicional indígena, lo cual contribuye a su formación médica. Actualmente apoya diversos programas de divulgación y enseñanza de medicina alternativa en Trujillo.