ABUNDIO SAGÁSTEGUI

Científico a carta cabal

Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com


De menuda figura, sencillez natural, perenne sonrisa, mirada profunda y caminar pausado, aunque intentando apurar el paso para estirar el tiempo que dedica a la ciencia. Así podría resumirse la figura de Abundio Sagástegui Alva, científico contumacino, de renombre internacional por su invalorable aporte a la botánica.
Su interés por estudiar la variedad de la flora peruana lo llevó a recorrer palmo a palmo la costa, sierra y selva, sin importarle el frío y el calor extremos, granizadas ni lluvias torrenciales. Llegó a los más inhóspitos rincones de nuestra geografía en busca de aquellas especies que no figuraban en las listas de la ciencia, cual soldado que implacable cumple las órdenes de su deber con la humanidad.
En sus más de 50 años ininterrumpidos de investigaciones suman más de 100 las especies descubiertas y cuatro géneros que constituyen aporte para la botánica; amén de las 40 que llevan su nombre, gracias a la deferencia de estudiosos extranjeros en reconocimiento a su trayectoria y dedicación científica. Mientras que sus colecciones superan las 16 mil unidades.
Entre las especies descubiertas, muchas tienen propiedades medicinales, pero falta ahondar los estudios para identificar sus beneficios específicos.
Con preocupación comenta que muchas de las especies que descubrió son endémicas en el país y requieren que su hábitat sea declarado reserva natural en aras de garantizar su conservación. La mayoría se ubican en la sierra norte del país, desde Ancash hasta Piura.
Con orgullo rebosante, como quien habla de su hijo preferirido, nos revela que tiene dos especies nuevas en proceso de reconocimiento, una ubicada en Santiago de Chuco y otra en Pataz. Sólo le falta confirmar algunas características en el campo para su posterior publicación.
Este aporte científico lo sintetizó en libros y artículos, entre los que destaca la serie Arnaldoa, editada en colaboración con el Missouri Botanical Garden, y en el que reseña las plantas estudiadas.
Su última producción bibliográfica es el Manual de la Flora en Chan Chan con más de 200 páginas donde inserta 100 fotografías a colores que evidencian las especies vegetales que crecieron en este hábitat y que la mayoría ha olvidado.
Sagástegui Alva sueña con ver reforestado este complejo arqueológico con especies nativas, como se proponen los responsables de la Unidad Ejecutora 110 que proyecta habilitar un Parque Forestal en 70 hectáreas. “De hacerse realidad sería el primero en un área arqueológica del Perú”.
RECONOCIMIENTOS
Este científico tiene en su haber múltiples reconocimientos. Entre sus galardones destacan su incorporación, en 2008, a la Academia Nacional de Ciencias, que reúne a los principales científicos del país, y que cumple un papel orientador de la investigación y de apoyo al esfuerzo de sus miembros para que continúen en su ardua tarea.
“Esto me significa un compromiso mayor porque los académicos tenemos la necesidad de continuar trabajando para llevar adelante la investigación en el Perú”, comenta consciente que esta actividad es innata a su existencia.
Además de las diferentes universidades que enaltecieron su trabajo, el Instituto Internacional de Biodiversidad de Cambrigue (Inglaterra) lo nombró Científico Líder en 2005. Y este año, el Instituto de Biografías de Estados Unidos lo propuso para recibir la Medalla de Oro para el Perú.
Asimismo, la Sociedad Americana de Taxonomistas Vegetales, a la que pertenecen 2500 botánicos de 57 países, lo designó como uno de los once científicos más destacados en el mundo. Desde 1983 es investigador asociado del Field Museum of Natural History de Chicago (Estados Unidos) y de la Ohio State University of Columbus (Estados Unidos).
En el 2005 fue incorporado por el International Biographical Center de Inglaterra entre los científicos líderes del mundo.
Entre otros premios suyos, exhibe las Palmas Magisteriales en el Grado de Maestro, en 1985, condecoración que le otorgó el Congreso de la República; el Premio Nacional del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) (2005). Tambipen es investigador asociado de la Universidad de Chicago (EE.UU), y recibió diploma y medalla de Honor del Instituto de Biodiversidad de Inglaterra.
Este año, el presidente de la República, Alan García Pérez, en Palacio de Gobierno, lo distinguió con ocasión de celebrarse los cien días de creación del Ministerio del Ambiente. Y, hace un mes, la Municipalidad Provincial de Trujillo lo distinguió con la Medalla de la Ciudad y diploma honorífico, en el marco de su programa Cultura del Reconocimiento, al considerarlo “un ejemplo y un paradigma para los profesionales, pues gracias a sus investigaciones y a su formación humana hizo un valioso aporte a la ciencia”.
“Esto me ha estimulado siempre para seguir trabajando en la investigación que no lo dejaré hasta que me pongan en el cajón”, señala, convencido de sus firmes palabras.
“Sagástegui es sin duda una eminencia internacional en el campo de la botánica -no sin motivos fue declarado el Científico del Milenio en La Libertad-, y ha llegado a serlo con gran mérito de su parte, en circunstancias que no han sido fáciles, sobre la base del esfuerzo personal. En tiempos de crisis, cuando en las universidades del Perú muy pocos han hecho investigación, él no ha dejado nunca de investigar y publicar, además de sus clases y otras responsabilidades… Es ante todo un hombre sencillo, muy alegre y cordial, que valora y cultiva la amistad y la ofrece con generosidad”, dice el ex rector de la Universidad de Piura (Udep), Antonio Mabres Torello, al elogiar la trascendencia de quien también es su amigo personal.
Sagástegui Alva bordea los 75 años y recuerda que desde su época estudiante se dedicó a la investigación. Con beneplácito dice ser el primero en sistematizar la flora de la provincia de Trujillo, lo que le valio uno de sus primeros premios. “Desde pequeño tuve predilección por las plantas, allá en Guzmango (Contumazá, Cajamarca), donde viví inspirado entre una abundante naturaleza”.
Su gratitud lo embargó y con nostalgia recuerda como sus mentores a Arnaldo López Miranda y a Nicolás Angulo. El primero fue tan promisor que le consiguió una beca en Argentina donde trabajó bajo la tutoría de uno de los botánicos más reconocidos de la época, Angel Lulio Cabrera (italiano nacionalizado argentino), quien durante seis meses le enseñó a publicar y el idioma latín. Tanto admiró a este personaje que a sus 26 años le dedicó la primera planta que descubrió.
Abundio Sagástegui Alva ostenta el grado de doctor en Biología por la UNT. Fue docente, investigador y jefe del Museo de Botánica de esta misma casa superior de estudios. Docente y director del Museo de Historia Natural de la Universidad Privada Antenor Orrego (Upao). Autor de numerosas investigaciones, libros y artículos científicos.

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