Entrevista al periodista trujillano, Antonio Fernández Arce
Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com
Parsimonioso al caminar. De conversación fluida y divertida, sobretodo cuando habla de la cultura china, con esa autoridad que le dan los más de 30 años que mantiene estrecho contacto con ese país oriental, donde inclusive asumió cargos de confianza en el Gobierno.
En ese bagaje se sustenta la interpretación del periodista trujillano, Antonio Fernández Arce, respecto de la apertura china y el surgimiento como una potencia económica que amenaza al gigantesco Estados Unidos, al dar al libre mercado desde principios de 1970.
Esta propuesta la sustenta en su libro de crónicas China, el asombro, en el que comenta que cuando Deng Xia Ping heredó el poder, después de la muerte de Mao Tse-tung, ya tenía en mente poner en marcha la apertura económica y las cuatro modernizaciones de China: agrícola, industria, defensa nacional y educación, ciencia y tecnología, en concordancia con lo anunciado en 1950 por el primer ministro de Mao, Zhou Enlai.
En 1977, un año después de la muerte de Mao (Año del Dragón), Zhou Enlai y Chu Teh, se da el primer paso de la gran reforma, que arrancó de la mano con las cuatro modernizaciones.
Desde entonces surge la idea de que China se modernice y eso fue entendido como la occidentalización, situación que se acentúa con Deng Xia Ping, la segunda generación de dirigentes, después de Mao.
“Deng tuvo el mayor ímpetu de modernizar China y abrirse a las inversiones, la tecnología, los nuevos conocimientos y modos de gestión de occidente. Abre las puertas paulatinamente, establece zonas económicas especiales o zonas francas con tinte netamente chino; es decir que se atrae los capitales extranjeros ofreciéndoles una gran infraestructura y servicios, pero no se les da la propiedad de la tierra y se persigue el contrabando. Durante 5 años no pagaron impuestos, pero ahora ya pagan todos”, asevera con gran convicción.
China cambia su modelo de desarrollo al sustituir las importaciones por la producción orientada a la exportación con tecnología moderna. “Los ojos estaban puestos en el comercio exterior”.
Bajo esta concepción, en los últimos 30 años, China se erigió se como la nación más emergente, al eliminar barreras al comercio y acercándola a otras economía. “Se trata de una sustitución de los incentivos ideológicos por los económicos, es decir que en vez de la política se da prioridad al desarrollo económico”.
Esto implica satisfacer las necesidades de alimentos, salud, vivienda y trabajo, sin descuidar la formación política. Deja atrás la industria obsoleta y sus 378 mil empresas estatales empiezan a modernizarse.
Se aprovecha la inversión y la tecnología extranjera para generar desarrollo, entonces la industria comienza a modernizarse aceleradamente, hasta convertirse en gran productor y exportador de bienes que vende especialmente a los pueblos pobres de las tres cuartas partes del mundo, tales como artefactos eléctricos y maquinaria pesada, inclusive fabrica los barcos cargueros más grandes del mundo, naves especiales y cohetería de largo alcance.
Además, Europa y Estados Unidos le encargan la producción de los cohetes de largo alcance, después de haber comenzado con candados, alicates, tijeras y herramientas de calidad.
En su opinión, en ningún momento se dejó de lado la planificación, pues siempre cuenta con planes de desarrollo de corto, mediano y largo plazo, lo cual no ocurre en otras partes del mundo.
“No queremos un libre albedrío del mercado, sino con una planificación de acuerdo a las características y urgencias de cada región”, indica.
¿Entonces eso significa que ya no es una China socialista, sino capitalista?
Den Xia Ping dice que ni el capitalismo es dueño de la economía de libre mercado, ni el socialismo lo es de la economía planificada o centralizada, ya que ésta ya se empleó en el medio evo europeo, es decir que es una creación histórica de los pueblos.
Pero aclara que China practica una economía de libre mercado socialista con carácter chino. Este es un nuevo modelo económico que está funcionando, ya que no es uno ni lo otro, sino un híbrido e inédito que no se ha visto en otras naciones.
“La pobreza También está presente en China y lo estará siempre porque las desigualdades no se extinguen en dos o tres generaciones. El comunismo primitivo se dice que era más o menos igualitario, pero eso no nos consta. En el supuesto que haya existido, ahora estamos en esa búsqueda, no del igualitarismo sino de la eliminación de las grandes desigualdades. China está en ese camino y lo que se hizo en los últimos 30 años es genuino”, advierte.
Se entendió que primero es necesario llenar los vientres y satisfacer las necesidades de vivienda, salud, generación de trabajo; es decir que la prioridad consiste en la subsistencia del ser humano.
Aunque se lamenta el descuido a la formación política, lo que trajo consigo una fiebre de corrupción, guardando las proporciones con nuestro país, donde esta lacra social está enquistada en las más altas esferas gubernamentales. “No hay punto de comparación, pero para un país que fue políticamente puro, estos fenómenos alarman a muchos; aunque mientras más crece China protege más su cultura, en tanto que el desarrollo impulsa nuevas formas culturales.
De otro lado, considera que Estados Unidos ve a China como una amenaza para sus intereses, puesto que junto a Europa ya perdió el mercado africano debido a su política abusiva; por eso, dice que a China la acusan de haber ocupado el territorio africano porque le compra el petrolero a Nigeria y Angola, además de condonarles deudas externas de hasta tres millones de dólares.
!CUIDADO CON EL TRATADO!
Se confiesa admirador de China, pero no obsecuente, por eso advierte que un Tratado de Libre Comercio con China no necesariamente es positivo, porque el ingreso de sus productos ya nos afectó cuando se importó calzado, y uno de los perjudicados fue el distrito El Porvenir, en Trujillo debido a que no se protegió la industria nacional. Eso determinó que muchos perdieran sus inversiones.
“El Tratado de Libre Comercio con China es necesario, pero se debe ciudad mucho nuestros productos nativos y andinos. Si saquearán como lo hicieron otros países mejor no los dejemos entrar. Tenemos que poner condiciones, entre ellas, la calidad de los productos. Nosotros tenemos productos de calidad (quinua y papa) con los que hemos aportado al control del hambre en Europa. Si no hubiera sido pro el oro, la playa y la papa peruanos no hubiera existido el resurgimiento europeo”, detalla Fernández Arce, quien alega que tenemos una buena industria textil que no debemos matarla con el ingreso de productos baratos.
Recomienda que no se objete el ingreso de maquinaria pesada porque la necesitamos parta modernizar nuestra industria y agricultura. Si se le pone altos impuestos obstruimos nuestro desarrollo. También nos favorecerá el ingreso de electrodomésticos de alta calidad, con los que se abaratarán los costos de los que ahora existen en el mercado.
En el caso del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos refiere que el peligro radica en que rebase el mercado latinoamericano con productos subsidiados como el maíz, que el Perú también produce con calidad.
AGRO Y TURISMO
Lamenta que las autoridades peruanas no se interesen en impulsar la actividad agrícola y el turismo que tienen un enorme potencial. En su criterio esto no ocurre porque no se quiere fortalecer a las comunidades, sino desmembrarlas o eliminarlas.
Asegura que dentro de pocos años tendremos 100 millones de turistas chinos mirando al Perú como un destino turístico. Ellos tienen una elevada capacidad de gasto, pero preocupa que carezcamos de los suficientes servicios turísticos de calidad, además de deficientes vías de conectividad, telefonía, acceso a Internet, hoteles, restaurantes y otros.
“Mientras que las carreteras son un desastre, hay pocos sitios turísticos puestos en valor y acondicionados para recibir una gran afluencia de turistas”, acota el experto.
Menciona que los hoteles que acá ostentan cinco estrellas, en China serían de una estrella. A ello se suma la deficiente atención al cliente. Precisa que esto es producto de la falta de control, y recuerda que el libre mercado no significa dejar al libre albedrío a los inversionistas, sino dosificar y planificar.
EL DATO
Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com
Parsimonioso al caminar. De conversación fluida y divertida, sobretodo cuando habla de la cultura china, con esa autoridad que le dan los más de 30 años que mantiene estrecho contacto con ese país oriental, donde inclusive asumió cargos de confianza en el Gobierno.
En ese bagaje se sustenta la interpretación del periodista trujillano, Antonio Fernández Arce, respecto de la apertura china y el surgimiento como una potencia económica que amenaza al gigantesco Estados Unidos, al dar al libre mercado desde principios de 1970.
Esta propuesta la sustenta en su libro de crónicas China, el asombro, en el que comenta que cuando Deng Xia Ping heredó el poder, después de la muerte de Mao Tse-tung, ya tenía en mente poner en marcha la apertura económica y las cuatro modernizaciones de China: agrícola, industria, defensa nacional y educación, ciencia y tecnología, en concordancia con lo anunciado en 1950 por el primer ministro de Mao, Zhou Enlai.
En 1977, un año después de la muerte de Mao (Año del Dragón), Zhou Enlai y Chu Teh, se da el primer paso de la gran reforma, que arrancó de la mano con las cuatro modernizaciones.
Desde entonces surge la idea de que China se modernice y eso fue entendido como la occidentalización, situación que se acentúa con Deng Xia Ping, la segunda generación de dirigentes, después de Mao.
“Deng tuvo el mayor ímpetu de modernizar China y abrirse a las inversiones, la tecnología, los nuevos conocimientos y modos de gestión de occidente. Abre las puertas paulatinamente, establece zonas económicas especiales o zonas francas con tinte netamente chino; es decir que se atrae los capitales extranjeros ofreciéndoles una gran infraestructura y servicios, pero no se les da la propiedad de la tierra y se persigue el contrabando. Durante 5 años no pagaron impuestos, pero ahora ya pagan todos”, asevera con gran convicción.
China cambia su modelo de desarrollo al sustituir las importaciones por la producción orientada a la exportación con tecnología moderna. “Los ojos estaban puestos en el comercio exterior”.
Bajo esta concepción, en los últimos 30 años, China se erigió se como la nación más emergente, al eliminar barreras al comercio y acercándola a otras economía. “Se trata de una sustitución de los incentivos ideológicos por los económicos, es decir que en vez de la política se da prioridad al desarrollo económico”.
Esto implica satisfacer las necesidades de alimentos, salud, vivienda y trabajo, sin descuidar la formación política. Deja atrás la industria obsoleta y sus 378 mil empresas estatales empiezan a modernizarse.
Se aprovecha la inversión y la tecnología extranjera para generar desarrollo, entonces la industria comienza a modernizarse aceleradamente, hasta convertirse en gran productor y exportador de bienes que vende especialmente a los pueblos pobres de las tres cuartas partes del mundo, tales como artefactos eléctricos y maquinaria pesada, inclusive fabrica los barcos cargueros más grandes del mundo, naves especiales y cohetería de largo alcance.
Además, Europa y Estados Unidos le encargan la producción de los cohetes de largo alcance, después de haber comenzado con candados, alicates, tijeras y herramientas de calidad.
En su opinión, en ningún momento se dejó de lado la planificación, pues siempre cuenta con planes de desarrollo de corto, mediano y largo plazo, lo cual no ocurre en otras partes del mundo.
“No queremos un libre albedrío del mercado, sino con una planificación de acuerdo a las características y urgencias de cada región”, indica.
¿Entonces eso significa que ya no es una China socialista, sino capitalista?
Den Xia Ping dice que ni el capitalismo es dueño de la economía de libre mercado, ni el socialismo lo es de la economía planificada o centralizada, ya que ésta ya se empleó en el medio evo europeo, es decir que es una creación histórica de los pueblos.
Pero aclara que China practica una economía de libre mercado socialista con carácter chino. Este es un nuevo modelo económico que está funcionando, ya que no es uno ni lo otro, sino un híbrido e inédito que no se ha visto en otras naciones.
“La pobreza También está presente en China y lo estará siempre porque las desigualdades no se extinguen en dos o tres generaciones. El comunismo primitivo se dice que era más o menos igualitario, pero eso no nos consta. En el supuesto que haya existido, ahora estamos en esa búsqueda, no del igualitarismo sino de la eliminación de las grandes desigualdades. China está en ese camino y lo que se hizo en los últimos 30 años es genuino”, advierte.
Se entendió que primero es necesario llenar los vientres y satisfacer las necesidades de vivienda, salud, generación de trabajo; es decir que la prioridad consiste en la subsistencia del ser humano.
Aunque se lamenta el descuido a la formación política, lo que trajo consigo una fiebre de corrupción, guardando las proporciones con nuestro país, donde esta lacra social está enquistada en las más altas esferas gubernamentales. “No hay punto de comparación, pero para un país que fue políticamente puro, estos fenómenos alarman a muchos; aunque mientras más crece China protege más su cultura, en tanto que el desarrollo impulsa nuevas formas culturales.
De otro lado, considera que Estados Unidos ve a China como una amenaza para sus intereses, puesto que junto a Europa ya perdió el mercado africano debido a su política abusiva; por eso, dice que a China la acusan de haber ocupado el territorio africano porque le compra el petrolero a Nigeria y Angola, además de condonarles deudas externas de hasta tres millones de dólares.
!CUIDADO CON EL TRATADO!
Se confiesa admirador de China, pero no obsecuente, por eso advierte que un Tratado de Libre Comercio con China no necesariamente es positivo, porque el ingreso de sus productos ya nos afectó cuando se importó calzado, y uno de los perjudicados fue el distrito El Porvenir, en Trujillo debido a que no se protegió la industria nacional. Eso determinó que muchos perdieran sus inversiones.
“El Tratado de Libre Comercio con China es necesario, pero se debe ciudad mucho nuestros productos nativos y andinos. Si saquearán como lo hicieron otros países mejor no los dejemos entrar. Tenemos que poner condiciones, entre ellas, la calidad de los productos. Nosotros tenemos productos de calidad (quinua y papa) con los que hemos aportado al control del hambre en Europa. Si no hubiera sido pro el oro, la playa y la papa peruanos no hubiera existido el resurgimiento europeo”, detalla Fernández Arce, quien alega que tenemos una buena industria textil que no debemos matarla con el ingreso de productos baratos.
Recomienda que no se objete el ingreso de maquinaria pesada porque la necesitamos parta modernizar nuestra industria y agricultura. Si se le pone altos impuestos obstruimos nuestro desarrollo. También nos favorecerá el ingreso de electrodomésticos de alta calidad, con los que se abaratarán los costos de los que ahora existen en el mercado.
En el caso del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos refiere que el peligro radica en que rebase el mercado latinoamericano con productos subsidiados como el maíz, que el Perú también produce con calidad.
AGRO Y TURISMO
Lamenta que las autoridades peruanas no se interesen en impulsar la actividad agrícola y el turismo que tienen un enorme potencial. En su criterio esto no ocurre porque no se quiere fortalecer a las comunidades, sino desmembrarlas o eliminarlas.
Asegura que dentro de pocos años tendremos 100 millones de turistas chinos mirando al Perú como un destino turístico. Ellos tienen una elevada capacidad de gasto, pero preocupa que carezcamos de los suficientes servicios turísticos de calidad, además de deficientes vías de conectividad, telefonía, acceso a Internet, hoteles, restaurantes y otros.
“Mientras que las carreteras son un desastre, hay pocos sitios turísticos puestos en valor y acondicionados para recibir una gran afluencia de turistas”, acota el experto.
Menciona que los hoteles que acá ostentan cinco estrellas, en China serían de una estrella. A ello se suma la deficiente atención al cliente. Precisa que esto es producto de la falta de control, y recuerda que el libre mercado no significa dejar al libre albedrío a los inversionistas, sino dosificar y planificar.
EL DATO
Fernández Arce se considera el iniciador de las relaciones diplomáticas y comerciales con China, durante el gobierno del general Juan Velasco Alvarado. Desde entonces se inicia su profundo conocimiento de la cultura china y su estrecha vinculación con su ideología y sus gobernantes
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